El concierto más multitudinario de la historia tuvo lugar en Moscú el 6 de septiembre de 1997, organizado por el músico francés Jean Michel Jarre. El evento fue una celebración del 850 aniversario de la ciudad de Moscú y contó con una asistencia estimada de entre 3,5 y 4 millones de personas.
Jarre, conocido por sus espectáculos musicales innovadores y extravagantes, montó un escenario de 600 metros de largo en la Plaza Roja de Moscú, con vistas a la histórica Catedral de San Basilio. La configuración del escenario incluyó varias pantallas gigantes de video y una serie de torres de altavoces que se extendían a lo largo de la plaza.
El concierto de Jarre fue una mezcla de música electrónica y clásica, con la participación de más de 200 músicos y coristas en vivo. La lista de canciones incluyó algunos de los mayores éxitos de Jarre, así como versiones de clásicos como el himno nacional ruso y la Sinfonía No. 9 de Beethoven.
El evento también contó con una serie de efectos visuales impresionantes, incluyendo un láser gigante que se disparó desde el escenario y un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo nocturno de Moscú. La producción del espectáculo fue una de las más costosas de la historia, con un presupuesto de aproximadamente 9 millones de dólares.
El concierto de Jarre en Moscú fue un evento histórico que marcó el final de una era de la música en vivo. Fue uno de los conciertos más grandes y espectaculares de todos los tiempos y ayudó a cimentar la reputación de Jarre como uno de los más grandes innovadores en la música electrónica. Además, el evento tuvo un significado cultural y político importante en Rusia, ya que fue uno de los primeros eventos masivos en la Plaza Roja desde la caída del Muro de Berlín y el final de la Guerra Fría.
En resumen, el concierto más multitudinario de la historia de Jean Michel Jarre en Moscú fue un evento musical histórico que se destacó por su espectacularidad y magnitud. Con la participación de millones de personas y la utilización de una tecnología avanzada en producción musical y efectos visuales, el concierto de Jarre quedó grabado en la historia como uno de los eventos más memorables de la música en vivo.